Redacción. Madrid
Humberto Arnés, director general de Farmaindustria, es consciente de la “difícil situación económica” que vive el país, por lo que el sector ha contribuido a la sostenibilidad del sistema de una forma “muy elevada”, si bien reconoce que por las medidas del Gobierno “no se puede cargar con más peso”. Explica que “para asegurar el mantenimiento del actual nivel de cobertura, nuestro sistema necesita más recursos financieros y una mejora en la eficiencia de los mecanismos de gestión”.
Hace un año se lanzó el IDIS. ¿Qué valoración hace de la creación del Instituto?
Es, sin duda, una iniciativa muy positiva, pues la sanidad privada supone un activo muy importante para el sistema sanitario español que complementa y refuerza a la sanidad pública. Tanto desde el punto de vista asistencial como desde el de la investigación, la sanidad privada tiene el reto de poner en valor una actividad generadora de riqueza y de calidad para la sociedad española. En este año, la actividad del IDIS ha sido muy intensa y sus resultados son notorios y evidentes, habiendo conseguido la visibilidad que necesitaba el sector.
Cada vez hay mayor control sobre la factura farmacéutica. Muchos expertos apuntan a que hay bolsas de ineficiencia en otras partidas en las que se debería intervenir. ¿Está de acuerdo? ¿Cuáles son estas bolsas?
A pesar de que somos conscientes de que la difícil situación económica que vive el país ha obligado al Gobierno a adoptar decisiones complicadas, en estos meses no hemos dejado de alertar sobre la necesidad de buscar alternativas en las medidas públicas que se puedan adoptar que no den lugar a situaciones irreversibles para el sector farmacéutico, que ya ha tocado fondo. Nuestra contribución a la sostenibilidad del sistema público de salud ha sido ya muy elevada y no se puede cargar con más peso a esta industria.
La sostenibilidad del sistema sanitario depende de todos los actores que confluyen en él y algunas voces apuntan a que hacen falta reformas profundas. ¿Cree que estas son posibles a corto-medio plazo?
Estamos viviendo años especialmente duros para la industria farmacéutica en España debido a la crisis económica y financiera que vive nuestro país. Esta situación, como comentaba anteriormente, ha llevado tanto al Gobierno central como a algunas Administraciones autonómicas a adoptar una serie de medidas de política farmacéutica que están teniendo un fortísimo impacto en nuestro sector. Todo ello ha puesto sobre la mesa y en primera línea de interés el debate sobre la sostenibilidad del SNS. En nuestra opinión, es necesario que se aborden posibles soluciones de forma conjunta, siendo conscientes de que para asegurar el mantenimiento del actual nivel de cobertura, nuestro sistema necesita más recursos financieros y una mejora en la eficiencia de los mecanismos de gestión. No es tanto que exista un problema de sostenibilidad, si como tal entendemos que atendiendo las necesidades actuales comprometemos las futuras, sino que el sistema sufre tensiones financieras derivadas de la actual crisis económica y, sobre todo, una histórica insuficiente dotación de recursos en relación con nuestro PIB. Ese debate tiene que abordarse con claridad y transparencia.
La investigación es uno de los puntos más fuertes del sector privado. ¿Cree que se puede ver comprometida si se producen más medidas de recorte?
La industria farmacéutica es líder destacado en inversión en I+D en el conjunto de sectores. En nuestro país 20 de cada 100 euros invertidos en este campo por la industria provienen de compañías farmacéuticas, superando las inversiones conjuntas de las industrias que están en 2ª y 3ª posición (el sector automovilístico y el aero-espacial). De hecho, los dos últimos años, las compañías farmacéuticas invirtieron más de 1.000 millones de euros anuales en I+D, casi 3 millones de euros al día, una cifra nunca antes alcanzada por un sector industrial en la historia de nuestro país. Sin embargo, según nuestras estimaciones, las medidas tomadas para reducir la factura farmacéutica van a su vez a reducir la I+D del sector en España durante los próximos años y se van a cerrar centros de investigación. No cabe duda de que las medidas de contención del gasto que se están introduciendo y la fragmentación de nuestro mercado están mermando la confianza de los inversores en nuestro país y va a tener, por tanto, un efecto negativo sobre futuras inversiones en nuestro territorio para producir medicamentos novedosos.
El Gobierno tiene pendientes importantes desarrollos normativos en forma de Real Decreto que afectan a la industria. ¿Cree que saldrán adelante antes del final de la legislatura?
El Plan sectorial de la Industria Farmacéutica puesto en marcha el pasado mes de marzo e impulsado por el Gobierno, tiene como objetivo la creación de una plataforma permanente de relación entre las administraciones y la industria farmacéutica para un desarrollo armónico y estable de este sector industrial con certidumbre de futuro, especialmente tras el grave daño que supusieron para nuestras compañías los Reales Decretos 4 y 8/2010.
Una de las barreras potenciales a las que se enfrenta la industria es la incorporación de nuevos fármacos en los hospitales. ¿Hay diferencias entre hospitales públicos y privados?
Históricamente los hospitales españoles públicos y privados han sido un ejemplo de rápido acceso a los medicamentos innovadores por parte de los pacientes. Sin embargo, la actual situación económica está poniendo en riesgo esos niveles de calidad en la prestación farmacéutica y es responsabilidad de todos encontrar los mecanismos para mantener un sistema sanitario público y privado de éxito.
Lleva diez años en Farmaindustria. ¿El actual es el peor momento para la industria farmacéutica? (teniendo en cuenta las iniciativas autonómicas y los RD 4 y 8 / 2010)
Sin duda, la aprobación en marzo y mayo de 2010 de dos decretos-ley de contención y ajuste del gasto farmacéutico y el fuerte impacto de los mismos sobre nuestro sector (2.100 millones de euros anuales) ha sido uno de los momentos más difíciles de estos últimos 10 años, lo que se ha visto agravado por el aumento progresivo de la deuda que las comunidades autónomas mantienen con las compañías farmacéuticas por suministro de medicamentos hospitalarios y que ha alcanzado el triste récord de más de 5.000 millones de euros y una demora media de más de 400 días. .
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